viernes, 8 de enero de 2010

¡Odiame!

Awevo!

Ya estoy aquí escribiendo mi segunda entrada y en esta oportunidad me gustaría compartir con todo el que lea mi blog, el cual por cierto no ha recibido ningun comentario, lo cual quiza quiera decir que nadie lo ha visitado, pero que se le va a hacer, yo seguire escribiendo, ¿porqué? Pues porque me gusta, porque es mi blog y puedo hacer lo que quiera y huevos, por eso. Pero bueno me gustaría compartir este pues poema que escribí inspirado por una linda chica y que no sabe que esto existe... pero bueno, es de las primeras cosas que escribo, bueno no es de las primeras es más bien de los primeros poemas que escribo porque a mi nunca me gustaron los poemas pero esta chica me inspiro a escribir este y otros más que quizás después publique, pero por ahora aquí está este y espero algunos comentarios.



¡Odiame!

Escrito el 3 de Diciembre del 2009
Hoy maldigo a los cielos y a la Tierra,
maldigo a mi padre y a mi madre,
maldigo a todo ser viviente,
a todos los que sienten alegría,
a los que gozan y malgastan ese sentimiento,
¡ah!, pero benditos aquellos que jamás han amado,
los que desconocen las llagas que deja esa espada,
pues afortunados deben considerarse
de jamás haber sentido esa filosa hoja cortando su alma.
Pero quizás es demasiado mí expresar,
a decir verdad me pregunto
si debería usar esa nefasta palabra,
no sé si se pueda sentir ese hermoso dolor
por alguien con quien jamás se han cruzado más de dos palabras.
Es verdad que cuando por vez primera la vi
estaba seguro de haberla visto antes,
tras mucho pensar recordé que
quizás en un sueño la habia vísto, si,
ahí la conocí, debía ser,
no pude haber visto algo semejante a ella nunca,
excepto quizás solo en mis sueños,
la primera vez que la ví quedé inmovil,
como un ciego que ve por primera vez.
Pero que dolor me causas tú
cuando te miro y tu lo notas,
y me miras también,
no sé que pensaras,
o si en verdad me miras a mí,
no sé que pensar,
quisiera poder leer tu alma,
poder escuchar lo que piensas,
desearía que tu alma me hablara,
me gritara que alguien ronda tus pensamientos,
que tu corazón ya tiene dueño,
pero tu alma no me habla,
tu tampoco lo haces,
me gustaría entonces
verte un día con alguién,
alguién a quien mires con los ojos que te miro yo,
alguién que te haga sentir como me me siento yo,
quisiera verte besar a alguién y por fin saber
que yo no tengo oportunidad.
Envidio a los que escriben canciones de despedida,
de suplica para que la amada no se marche,
de desprecio y desamor,
porque quien escribe desamor y desprecio
sin duda es que ya ha sido amado,
y peor aún es que me inspiras a escribir todo eso,
pero no puedo dedicártelo,
y solo me entierra más esa hermosa espada en el alma.
Sí, deseo verte con alguién más,
pero deseo verte feliz,
porque sería aun más insoportable
verte con otro y que seas infeliz,
solo me haría pensar que yo podría hacerte feliz,
pero a quien engaño,
jamás voltearias a verme,
son solo sueños míos,
fantasías que me traicionan mientras estoy despierto,
ódiame, te lo suplico,
¡ódiame!
¡Ah! Pero que hipócrita soy,
si quisiera perderte de una vez
ya hace tiempo te habría dicho esto a la cara,
pero no, soy un maldito mentiroso,
un despreciable masoquista,
o quizás quiero creer que hay esperanza,
y de nuevo me encuentro con una batalla en mi cabeza,
y sigue ahora y seguirá siempre,
al menos hasta que te canses de esperar a que te hable,
o yo me dé cuenta de que ya eres de alguien,
aunque yo piense que no podrías ser de nadie.
Me quedare con la batalla en mi cabeza,
y el tiempo mostrara al vencedor,
pero seguro es, que ningún resultado feliz me hará.
H.

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